lunes, 24 de agosto de 2009

Que no se me olvide Laika, una gran perrita

Qué gran perra (tuvo suerte de no tener pedigrí), me asustaba cuando de pequeño llegaba a casa de mis primos, como Hector* entrenado defendía su territorio con un ladrido o dos, a veces tres pero eso era todo, luego todo eran mimous y miradas de curiosidad... eso si, a veces parecía que estaba en el espacio como su tocaya, y es que ellos, los perros necesitan muy poco para estar a gusto.


*Doverman de otra prima.

Mi perro, ¿tiene pedigrí?

Acabo de ver un reportaje sobre el pedigrí de los perros y sólo quiero decir que hace tiempo que para mi no tenía sentido.
El enlace lo tenéis entre mis favoritos. Si, ese que se titula "ni un torero vivo".
Me gustaría ver humanos cruzados unos con otros sólo por su parecido a ver si en la descendencia aparecía uno con rasgos diferentes (lo lógico por otro lado, la evolución se sirve de las mutaciones para prosperar) y entonces por ser diferente lo eliminábamos del mapa, como hacen estos enfermos del pedigrí.

Así que a partir de ahora todos los mal llamados chuchos (sólo por no tener una raza definida) serán mis favoritos, aunque no por ello dejaré de querer a Copete, Jimbo, Tula, Cronos, Hanna, Perru o el perro con pedigrí que sea, al fin y al cabo ellos no tienen la culpa.